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El presidente Mauricio Macri le perdonó a su familia
más de 70.000 millones de pesos de la deuda de 
Correo Argentino con el Estado. Se trata de la 
antigua deuda de esta empresa de la familia 
Macri, que lleva más de 15 años empantanada en los 
tribunales. Durante ese lapso, el Estado Nacional 
rechazó distintas propuestas de pago de Correo 
Argentino por considerarlas abusivas. Pero ahora, 
con Macri en el poder, el Estado aceptó una quita 
del 98,82 por ciento de la deuda y podrán terminar de 
pagar recién en 2033.
Este desfalco para el Estado Argentino tiene un 
momento clave el 28 de junio de 2016, cuando se realizó 
una audiencia y el Correo Argentino hizo una nueva 
oferta de pago de su deuda, supuestamente más ventajosa. 
Sin embargo, según reconstruye la fiscal Gabriela Boquín 
en su dictamen del 30 de diciembre pasado, esta 
propuesta lejos estaba de ser nueva y menos aún más 
beneficiosa que las anteriores. En primer lugar, la negociación 
arrancó al revés: fue el Estado Nacional quien solicitó la 
audiencia el 19 de mayo de 2016 y “adelantó -según 
consta en el expediente- que podría prestar 
conformidad en caso de mejorarse la propuesta”. Mal 
negociador aquel que pide una reunión y anticipa que va 
a aceptar. Mal negociador o hubo un acuerdo previo.
En esa audiencia, que tuvo lugar ante la sala B de la Cámara 
Nacional de Apelaciones en lo Comercial, el Estado Nacional 
aceptó de forma irregular una propuesta de pago de deuda 
que, para la fiscal Boquín, “es abusiva, implica perjuicio 
fiscal y su irregular aceptación perjudica gravemente el 
patrimonio del Estado Nacional”. De hecho, según los cálculos 
de la Dirección General de Asesoramiento Económico y 
Financiero en las Investigaciones (DAFI) de la Procuración 
General de la Nación, la propuesta significa lo siguiente: 
un quita en la deuda de 70.163 millones de pesos, un 98,82 
por ciento sobre el total de la deuda. Es decir, que los Macri 
sólo pagarán el 1,18 por ciento de la deuda que tenían con el 
Estado.
Según los cálculos de la Dirección General de Asesoramiento  Económico y Financiero en las Investigaciones (DAFI) de la Procuración General de la Nación, la propuesta implica un quita en la deuda de 70.163 millones de pesos, un 98,82 por ciento sobre el total de la deuda. Es decir, que los Macri sólo pagarán el 1,18 por ciento de la deuda que tenían con el Estado.
La causa llegó a la Cámara ya que la jueza de primera 
instancia Marta Cirulli no homologó un acuerdo 
previo porque el Estado Nacional, principal acreedor 
de Correo Argentino, no aceptó las condiciones. Con 
esto, no se cumplía la mayoría que establece la ley 24.522 
de Concursos y Quiebras, que en su artículo 45 determina 
que para obtener la aprobación de una propuesta deben 
aceptarla “la mayoría absoluta de los acreedores dentro 
de todas y cada una de las categorías, que representen las 
dos terceras partes del capital computable dentro de cada 
categoría”. Al ser el Estado a quien Correo Argentino le debe 
el 32,65 por ciento de su deuda y siendo el único integrante de 
una categoría especial, si éste no dio acuerdo claramente no 
se cumplía el requisito legal. Correo Argentino apeló esta 
decisión y llegó a la Cámara. En esta segunda instancia, la fiscal 
Boquín rechazó el recurso de apelación pero la Cámara dio lugar 
a esa audiencia donde el Estado aceptó lo inaceptable.
Casi un chiste
A esa audiencia asistieron obviamente los representantes 
de Correo Argentino, los síndicos y dos representantes 
del Estado Nacional: el Director de Asuntos Jurídicos del 
Ministerio de Comunicación Juan Carlos Mocoroa y María 
Alejandra Gottardi. Fue Mocoroa quien se presentó en 
nombre del Estado. Pero lo notable es que Mocoroa fue 
designado de forma transitoria por 180 días por la 
Decisión Administrativa 151/16, firmada el 2 de marzo de 
2016 por Marcos Peña y Oscar Aguad. Así, en palabras 
de la fiscal Boquín, no tenía las facultades para tomar ninguna 
decisión en esa audiencia en nombre del Estado ya que para 
eso necesitaba una autorización de la Procuración del Tesoro, 
o sea, el órgano superior de los abogados del Estado, para 
aceptar o rechazar algo tan importante. Y esa autorización 
nunca la presentó. Más aún: para la fiscal debe investigarse 
si la aceptación de esta propuesta fue por propia negligencia 
del funcionario (lo cual no le quita responsabilidad) o fue 
por orden de sus superiores, el ministro Aguad o el propio Macri. 
Aquí la cuestión.
Para la fiscal Gabriela Boquín debe investigarse si la aceptación de esta propuesta fue por propia negligencia del funcionario (lo cual no le quita responsabilidad) o fue por orden de sus superiores, el ministro Aguad o el propio Macri.
Lo que sucedió fue, según consta en el expediente, 
digno de un sketch televisivo si no estuviera en 
juego el patrimonio público. Correo Argentino 
propuso pagar el 100 por ciento de la deuda en 
19 cuotas anuales más una cuota de intereses del 
6 por ciento, arrancando desde el año siguiente 
a que cierren el acuerdo. Según el análisis que realizó 
la DAFI, cuya titular es Judith König, esta propuesta 
significaba una quita real del 99,16 por ciento de la 
deuda. ¿Como llegan a ese número? Tomando en 
cuenta que el concurso preventivo de Correo Argentino 
databa del 19 de septiembre de 2001 y utilizando la tasa 
activa mensual del Banco Nación a esa fecha da esa quita real.
Según consta en la causa, esa propuesta de quita del 99,16% 
fue rechazada de viva voz por el representante del 
Estado Nacional”, es decir, bien rechazada por Mocoroa. 
Pero el mismo Estado, hoy controlado por Macri y 
representado de forma irregular por Mocoroa, sólo retrucó 
con el pago del 100 por ciento del monto, una tasa de 
interés del 7 por ciento y menores plazos. La empresa 
pidió un cuarto intermedio e hizo su contraoferta: 100 
por ciento de la deuda en 15 cuotas anuales empezando 
desde el año siguiente que cierren el acuerdo (o sea, 2018), 
donde va creciendo el monto que se paga en cada cuota 
más una cuota de intereses del 7 por ciento. Quedaba así: 
de la cuota 1 a la 4 el 1 por ciento de la deuda; de la 5 a la 
9 el 2 por ciento; la 12 y 13 el 15 por ciento; la 14 el 20 por 
ciento y la 15 el 30 por ciento. Y sumaban una cuota 16 
para los intereses. Es decir, en la propuesta que aceptó 
el gobierno macrista, el 50 por ciento de la deuda de 
la familia Macri con el Estado se pagará en el 2032 y 2033. 
De ahora a 15 años y 32 años más tarde del momento 
en que empezó el juicio. Todo esto, vale recordar, con la 
quita de los 70.163 millones de pesos. O sea, pagarían tres 
décadas más tarde el 1,18 por ciento de la deuda.
El sketch de la audiencia del 26 de junio de 2016 terminó 
con la aceptación del Estado de esta propuesta in situ. Al 
parecer, la propuesta mejoraba la anterior: de 19 a 15 meses, 
de 6 a 7 por ciento de interés. Pero, según detalla la fiscal 
Boquín, “la propuesta no implica mejora alguna”. Utilizando la 
misma metodología de la DAFI, muestra que la quita real 
de la propuesta supuestamente mejorada es del 98,82 por ciento 
contra el 99,16 por ciento de la anterior. O sea, un 0,34 por ciento 
de diferencia, por lo que no hay diferencia y ambas son 
abusivas. En síntesis: el Estado Nacional aceptó una oferta que, 
en lo real, implica condonarle la deuda a Correo Argentino. 
Con un agravante: se trata de condonarle la deuda a la 
familia presidencial. Sobre el funcionario que aceptó, se abren 
dos hipótesis: o no hizo las cuentas o sabía las cuentas finales 
y aceptó igual. Hacer las cuentas en el momento resulta inviable, 
por lo que cobra relevancia la segunda hipótesis. A todo esto, 
la fiscal Boquín plantea que ni siquiera esta aceptación del 
Estado Nacional tiene validez ya que la decisión la tomó 
un funcionario que no tenía facultades para tomarla. Y no 
mueve un centímetro la cuestión central: Macri es Presidente 
y los Macri son los dueños de Correo Argentino. 
Condonarles de hecho la deuda es beneficiarse a sí mismo.
En síntesis: el Estado Nacional aceptó una oferta que, en lo real, implica condonarle la deuda a Correo Argentino. Con un agravante: se trata de condonarle la deuda a la familia presidencial.
Esta situación llegó al despacho de la fiscal Boquín, 
que lo analizó en detalle y lo rechazó el 30 de diciembre 
de 2016 con varios argumentos. Entre ellos, que “la 
propuesta rechazada y su mejora, en términos económicos, 
no difieren sustancialmente”; que “la propuesta aceptada 
implica reducir el crédito del Estado Nacional a una 
suma inadmisible (…) por resultar equiparable a una 
condonación de deuda”; que “la aceptación de la propuesta 
implica un cambio estratégico de defensa de los intereses 
del Estado, configurando una manifiesta irregularidad 
-que corresponde investigar- en tanto propicia la aceptación 
de un acuerdo ostensiblemente ruinoso para el patrimonio estatal”; 
que la aceptación de esta propuesta la dio “un funcionario sin 
competencia para comprometer al Estado Nacional en su calidad 
de acreedor y carece de sustento técnico que la avale, siendo 
además irrazonable y carente de validez”; que este acuerdo 
viola la ley de Ética Pública. En síntesis: que no hay un sólo 
elemento que lleve a que el Poder Judicial homologue 
este acuerdo.
Que nos paguen y pagamos
Pero la cosa no terminó ahí, sino que la propuesta de los 
Macri tuvo un caballo de Troya. Según figura en el expediente, 
Correo Argentino, o sea, la familia Macri, mantuvo “su 
propuesta de pago acelerado en virtud del cual en caso de 
recibir cualquier tipo de pago por sus activos en poder del 
Estado Nacional, adelantará los pagos aún pendientes en ese 
momento dentro de los 30 días de recibido por la concursada 
el pago de dichos activos y en la misma especie recibida”. 
¿Que significa esto? Que la familia Macri especula no sólo 
con pagar la deuda con el Estado para el 2033, sino con 
ganarle juicios al Estado por la estatización de Correo 
Argentino y con la misma plata que cobre de ese juicio 
pagarle al Estado su deuda. Eso sí: aclaran que en la misma 
especie, o sea, que si en su juicio contra el Estado le arrancan 
un edificio, pagan con un edificio y no con dinero. Vale recordar 
que Correo Argentino fue una de las primeras estatizaciones 
ordenadas por Néstor Kirchner y una de las razones fue la 
deuda acumulada por el canon que los Macri no pagaron. 
Ahora, mientras desde el gobierno les condonan la 
deuda, van también por una indemnización por esa decisión 
de Kirchner.
Correo Argentino fue una de las primeras estatizaciones ordenadas por Néstor Kirchner y una de las razones fue la deuda acumulada por el canon que los Macri no pagaron. Ahora, mientras desde el gobierno les condonan la deuda, van también por una indemnización por esa decisión de Kirchner.
Para más pruebas de esta estrategia, en el último 
balance de Sideco (la empresa controlante de 
Correo Argentino), que presentó el 10 de marzo 
de 2016 ante la Comisión Nacional de Valores 
(CNV), informaron que en forma paralela a esta 
maniobra con la deuda con el Estado, presentaron 
un reclamo ante el entonces Ministerio de Planificación 
Federal donde pidieron “el pago de una suma de 
dinero por el desapoderamiento de las inversiones 
realizadas por Correo Argentino S.A. y su usufructo hasta 
la fecha a favor del Estado Nacional en razón de la 
rescisión del Contrato de Concesión”. Clarito.
 Cambiemos de estrategia
La deuda original del Correo Argentino con el Estado era 
de 296.205.376 pesos. Eso era en 2003. Según las 
actualizaciones que hizo la DAFI, esa deuda al 2017 
supera los 4.000 millones de pesos. Y proyectada 
al 2033, cuando los Macri van a terminar de pagar, 
es que da 71.001.731.324 pesos. La propuesta que 
aceptó el gobierno implica una quita de 70.163.910.895 
pesos, el 98,82 por ciento. Para dar una idea, según 
el presupuesto 2017, es más de la mitad de lo que se 
va a destinar a Educación y supera ampliamente el 
gasto en Salud del Estado Nacional.
En los años que llevaba la causa, Correo Argentino 
hizo distintas propuestas de pago rechazadas por el 
Estado Nacional. Pero, como en otras áreas, el cambio 
en la postura del gobierno nacional viró 180 grados. 
Un ejemplo fue en el caso de Papel Prensa, donde un 
acuerdo entre Clarín, La Nación y la administración macrista 
puso fin a la disputa judicial por la que el Estado 
Nacional denunció desde 2009 irregularidades financieras. 
Pero ahora, con el caso de Correo Argentino, hay un 
agregado que hace más grave la situación: el acuerdo es 
entre el Estado Nacional y la familia presidencial. Más 
concreto: entre el Gobierno de Macri y la familia Macri.
Este viraje se verifica en números que constan en el 
expediente. Por ejemplo, en el 2003 el Estado rechazó 
propuestas de pago del 7,7 por ciento y 5,73 por ciento 
de la deuda, o sea, quitas del 92,3 por ciento y 94,27 
por ciento respectivamente. La fiscal Boquín, en su 
presentación, reitera que la propuesta de 2016 “resulta 
abusiva, irrazonable y ruinosa para los intereses de 
la comunidad”.
La famiglia
Correo Argentino es controlada por Sideco Americana 
que a su vez es controlada por Socma Americana. O 
sea, desde Socma, Sociedades Macri, se controla a 
Correo Argentino por medio de Sideco. En 2001, 
Sideco tenía el 69,23 por ciento de Correo Argentino 
y Socma tenía el 95,5 por ciento de Sideco. Así de simple, 
y no tanto. Para 2015, Socma aún tenía el 59,61 por 
ciento de Sideco. Y, según el último balance presentado 
por Sideco a la CNV, para fin de 2014 tenía el 74,23 por 
ciento de Correo Argentino. Por lo tanto, la cadena seguía 
intacta.
En 2003, cuando Correo Argentino se presentó a 
concurso de quiebra, Franco Macri le dijo al juez 
Eduardo Favier Dubois (el primero que intervino 
en la causa) que ya no era directivo de la empresa 
ni ocupaba ningún cargo gerencial, pero que todas 
las acciones estaban en manos de la famlia Macri. 
Ambas cosas eran ciertas. Lo que no dijo Franco es 
que tenía el usufructo vitalicio de casi todas las 
acciones de Socma y, por ende, de la controlante 
madre de Sideco y Correo Argentino. Si bien no figuraba 
en esta última, la controlaba desde arriba. Respecto 
a la familia, Franco que cedió las acciones a sus hijos y 
uno de ellos, Mauricio, las cedió a su vez en 2009 a sus 
propios hijos. Todo en famiglia.
El juez Favier Dubois decretó entonces la quiebra de 
Correo Argentino y le impidió salir del país a toda la 
familia Macri así como a quienes figuraban en el directorio 
de Sideco: el presidente Angelo Calcaterra, el vicepresidente 
Roberto Leonardo Maffioli, y los directores titulares 
Jorge Rubén AguadoJusto Jorge Solsona
Manuel SobradoGiorgio Aldo NocellaJuan Garrones 
Néstor Grindetti, que siguió luego a Mauricio en la 
gestión pública. Obviamente, los Macri apelaron la decisión 
del juez.
En 2009 Macri se desprendió de su participación 
accionaria en Correo Argentino y se la transfirió 
a sus hijos Agustina, Gimena y Francisco Juan. 
Pero, si bien esto es cierto, no es menos real que la 
empresa sigue en manos de su familia y, por ende, 
la decisión de aceptar la propuesta de Correo Argentino 
y perdonarle 70.163 millones de pesos beneficia directamente 
a la familia presidencial. Así, la fiscal Boquín destaca: 
pudiendo resultar que familiares del Presidente de la 
Nación resultarían beneficiarios finales de la sociedad 
concursara y/o de sus controlantes o integrantes del 
grupo económico, ningún funcionario público que tuviese 
relación de dependencia con él, podría aceptar una 
propuesta que directa o indirectamente lo beneficie”. 
En este caso, sucedió lo contrario. El director de 
Jurídicos del Ministerio de Comunicación, Mocoroa, 
depende indirectamente de Macri. Pero, a su vez, 
la composición accionaria y la titularidad que se 
verifica en el expediente del concurso respecto de la 
familia del Presidente de la Nación -insiste Boquín- 
haría inviable cualquier transacción por parte del Estado 
Nacional que implicara un beneficio para la concursada y 
sus controlantes y un perjuicio para las arcas de la Nación”.
Justicia PRO
Todo queda en manos ahora de los camaristas María 
Lilia Gomez Alonso de Díaz Cordero, Matilde Ballerini 
y Ana Isabel Piaggi. Gomez Alonso, es actualmente 
presidenta de la Asociación de Magistrados y Funcionarios 
de la Justicia Nacional, la primera mujer en ocupar ese cargo 
que ganó como candidata de la lista Bordó, donde se nuclea 
a lo más conservador de la familia judicial y a buena 
parte de jueces y fiscales antikirchneristas. Cuando ganó las 
elecciones, contó: “Me llamó el ministro de Justicia de la 
Nación, Germán Garavano, para felicitarme y yo le 
manifesté que vamos a trabajar juntos pero que también 
nos vamos a pelear”. Tuvieron un pequeño cruce respecto 
a la propuesta del gobierno de eliminar la feria judicial. 
¿Será igual con este intento de perdonarles la deuda 
a los Macri?
Tanto Gomez Alonso como Piaggi ya intervinieron en 
esta causa en 2003, junto el entonces juez Enrique 
Butty, cuando en el último día de plazo le permitieron 
a la familia Macri prorrogar los plazos para la 
negociación de esta deuda, todo lo contrario a la 
decisión del juez Favier Dubois. O sea, esta sala ya 
salvó al grupo Macri en 2003. En el caso de Piaggi, 
que integra la Cámara desde 1988, hay otro dato 
por el cual en ese momento se pidió su excusación 
en esta causa: era la esposa de Jorge Vanossi, 
hombre que encabezaba por entonces la lista de 
diputados del PRO. En ese momento la Fundación 
de Defensa de Usuarios y Contribuyentes (FEDUCON) 
la denunció ante el Consejo de la Magistratura, pero la 
cosa no prosperó. Si por entones no se excusó, difícil 
que lo haga ahora. Si por entonces falló a favor de los 
Macri, complejo que cambie su propia postura. Sólo que 
ahora la cuestión es más completa: es condonarle la 
deuda con el Estado a la familia presidencial.